1) TU INVERSIÓN SIEMPRE AUMENTARÁ DE VALOR. La razón es sencilla: en una sociedad en permanente crecimiento, siempre se requieren viviendas y locales comerciales. Una propiedad bien ubicada siempre tendrá demanda, ya que la necesidad es mayor a la disponibilidad de inmuebles. Si vives en ella, dejar de alquilar te permitirá pagar un costo fijo (si compraste mediante financiamiento) y gozar del beneficio de vivir en tu propiedad. Si, por otro lado, decides alquilarla, el ingreso que te proporcione puede ser uno adicional a tu trabajo que incremente tu economía, o puedes destinarlo a hacer que la propiedad se pague sola, mientras poco a poco incrementa su valor. Sólo asegúrate de buscar la localización correcta y, muy importante, mantener la propiedad en las mejores condiciones.
2) SÓLO
REQUIERES TENER UNA PEQUEÑA PARTE DE LA INVERSIÓN. Nuestro sistema financiero
provee más que nunca grandes facilidades para la compra inmobiliaria, siempre
que tengas ingresos seguros y cuentes con el monto del pago inicial (10% en la
mayoría de casos), además de que puedes pedir un crédito de forma individual o
con otra persona que comparta contigo la compra y la deuda. Adicionalmente, la posibilidad
de disponer del 25% del monto de AFP es
una excelente opción para facilitar el pago inicial. Si cuentas con el capital,
puedes pagar la propiedad de contado, lo que te dejaría sin deuda, pero también
sin capital disponible para seguir invirtiendo. En cualquier caso, explorar las
posibilidades de crédito es una buena posibilidad antes de tomar una decisión.
3) UN
INMUEBLE GENERA PATRIMONIO. Las compras de inmuebles se consideran parte del
patrimonio activo de una persona, ya que son cuantificables y pueden ser fuente
de rentabilidad a través del tiempo, además de ser susceptible de ser heredadas, lo que constituye además de un valor, una seguridad para la familia. Ten en cuenta que siempre debes tener lo
documentos correspondientes, totalmente al día.
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