La respuesta por lo general es sí.
El cartel de venta es una poderosa herramienta de promoción que no debe menospreciarse. La excepción a este principio la constituyen propiedades de muy alto valor o aquellas que requieran funcionar mientras se realiza el proceso (como locales institucionales o comerciales, por ejemplo).
En todos los demás casos, es una inteligente decisión que facilita el proceso. Aquí algunas ventajas: